Comenzamos un nuevo curso con la
ilusión que lo caracteriza por los nuevos retos que nos proponemos cada mes de
septiembre. Soñar nos mantiene vivos y nos llena de esperanza, pero a veces
nuestros sueños son sólo cosas materiales y mundanas que si logran cumplirse,
no nos llevan a nada más que a satisfacer una necesidad momentánea que volverá
a aparecer.
Os invito a soñar con algo grande
que nos haga verdaderamente felices; y no hay nada más grande que Dios. ¿Por
qué no soñar con tenerle a Él?, ¿por qué no desear que llene nuestra vida de su
presencia? Descubramos, en este curso, su amor para con nosotros y sólo así
sentiremos que en Él podemos encontrar la felicidad que buscamos. Tenemos la
oportunidad de soñar con algo verdaderamente grande: Dios.
Optemos por Él con alegría, como
el Papa Francisco nos recuerda al comienzo de su Exhortación Apostólica
“Evangelii gaudium”: «La alegría del
Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús.
Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del
vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la
alegría.» Apostemos por Cristo y asumamos con valentía la misión que nos
encomienda de “Id pues, y haced
discípulos a todas las gentes” (Mc28,19) en este curso en el que queremos
profundizar en nuestra Nota Misionera, pues desde nuestro bautismo estamos
llamados a evangelizar y llevar la Buena Noticia a todos los hombres y mujeres
de nuestro tiempo; y como vicencianos, especialmente a los más pobres de la
tierra.
¡Feliz curso!
Daniel Malmierca, Presidente
Nacional JMV