sábado, 15 de noviembre de 2014

JMV SE VUELVE A VOLCAR CON LA FORMACIÓN DE SUS CATEQUISTAS E INSTRUCTORES

Durante esta mañana, en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Puente Tocinos, algunos de los catequistas e instructores de la familia vicenciana de JMV de Blanca han podido continuar con ese proceso pedagógico de ilustración y sensibilización permanente que nos ofrecen las Escuelas de Catequista, siendo la de hoy la segunda de las tres citas propuestas desde el Consejo de Zona para el presente curso.

En esta conferencia –dirigida y presentada por Sor Isabel— se ha intentado dar respuesta a cuatro premisas fundamentales que todo “guía” vicenciano debe de plantearse para lograr discernir con infalibles garantías de Fe su misión dentro de JMV y, de esta manera, descubrir la verdadera motivación con la que perpetuarse en el sendero del ser Católico: ¿Desde dónde?; ¿Hacia dónde?; ¿Por qué? y ¿Cómo?

A lo largo de toda la mañana se ha incidido con un carácter fehaciente sobre la educación que los catequistas son capaces de transmitir a sus catecúmenos con el simple compartir de su experiencia; “Se educa mucho con lo que se dice, aún más con los que se es”. Es aquí cuando debe de prevalecer el objetivo de crear comunidad a través del diálogo para hacer aún más creíble el mensaje de Vida y Esperanza que celebramos y ofrecer humildemente este servicio de las Hijas de la Caridad, siempre orientado a promocionar y alentar a los laicos, suscitando a su vez el compromiso de jóvenes y adultos en favor de los más necesitados.

Llegados a este punto, Sor Isabel también ha estimado oportuno aclarar el concepto de “animar” dentro de JMV. Animar, alentar y fortalecer a un grupo de jóvenes quiere decir “darle vida, permitirle que se desarrolle, que progrese y sienta el gozo de abrirse a los demás”. “Animar un grupo de JMV exige ayudarle a caminar en la línea de la maduración de la Fe siguiendo el Proceso Catecumenal del Movimiento. Ayudarle a asumir los valores que constituyen sus notas específicas. Ayudarle a comprometerse a ser reñejo de la bondad de Dios y de su amor a los pobres, a través de su servicio «vicenciano»”.

La extensa cita ha dado también para el análisis de una frase que bien podría haber sido firmada por el Papa Francisco; “El Evangelio es un producto maravilloso pero caro, con mal envoltorio y que depende de vendedores poco ilusionados”.
Para concluir se ha vuelto a incidir sobre la misión auténtica que ostenta la Pastoral de Juventud dentro de la Iglesia Universal y, de forma específica, en Juventudes Marianas Vicencianas; “JMV posee una clara dimensión educativa que comporta una atención especial al crecimiento personal y armónico de todas las potencialidades que el joven lleva dentro de sí: razón, afectividad, deseo de absoluto, dimensión social,…”.

Por último, añadir las palabras que subrayaba Monseñor Díaz Merchán. Decía así: «La Iglesia necesita de organizaciones de apostolado variadas y de fuerte sentido eclesial para llevar adelante su misión. Debemos impulsar una sólida vida religiosa y una formación adecuada de nuestros seglares para que el apostolado sea la vivencia de su Fe».

Que desde JMV seamos capaces de llevar a cabo esta misión apostólica y vicenciana con ese fuerte sentido eclesial.